Sólo un minuto y nada más…

Si tuviera sólo un minuto para estar junto a ti. Si hoy pudiera abrazarte y sentir tu cariño. Si lograra el privilegio de que me escucharas, de que otra vez tus ojos me miraran. De sentarme a tu lado y escuchar tus consejos, si pudiera recostarme…

Si tuviera sólo un minuto para estar junto a ti. Si hoy pudiera abrazarte y sentir tu cariño. Si lograra el privilegio de que me escucharas, de que otra vez tus ojos me miraran. De sentarme a tu lado y escuchar tus consejos, si pudiera recostarme a tu lado y quedarme dormida.

No sé cuánto daría por escuchar de tus labios: “mi negrita linda”, “mi hija”. Así como me llamabas y sin saberlo me convertías en tu eterna niña. Sé que un minuto es poco, es casi nada, pero de no habernos dado tanto el uno al otro durante toda nuestras vidas, quizás necesitaríamos algo más de tiempo.

Sin embargo, eso es imposible, aún siendo tan poco.

No te volveré a ver, ni a escuchar, ni me sentiré la más afortunada de las hijas por tenerte a ti como padre. Hoy sólo me queda dar gracias porque fuiste una bendición en mi vida, porque me hiciste sentir privilegiada, inmensamente feliz.
En cuanto a ti, sé que no tuviste tiempo para organizar tu viaje.

¡Es que fue tan de repente!

Imagino que algunas cosas te inquietan, que algunos pendientes te preocupan, que también quisieras contar con más de un minuto.

Quizás esos 60 segundos sólo sean para abrazarte, decir: “Te amo. No te olvidaré. Ve en paz. Lo hiciste bien. Gracias por amarme tanto, por protegerme. Gracias por tus mimos, por tu ternura, por hacerme sentir como una princesa”.

Gracias por consentirme y apoyarme en todo. Gracias por cada una de las mascotas que me regalaste, aún a costa de enfrentar a mami. Ya no importa que no me hayas complacido con aquel cerdito. En realidad no podíamos tenerlo en la casa de la ciudad. Te amo y te amaré más allá de tu muerte y aún después de mi vida.

Perdóname, sé que no quisieras que yo esté triste y mucho menos, que sufra, toda la vida luchaste para evitarlo, pero es muy difícil no sufrir por tu ausencia. No es fácil querer y no poder hablarte. Te extraño y mientras aprendo a vivir con tu ausencia, no puedo estar de otra manera. Lo siento, pero jamás pensé que me dejarías tan pronto.

Te necesito, porque eres y siempre serás mi papi querido.

Mi único consuelo es que sé que ahora descansas, algo que no hiciste desde que te convertiste en papá a los 26 años… Ya vez, siempre necesitaría más de un minuto… 

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