Constantemente se nos menciona “la deplorable y desproporcionada acumulación de la riqueza”. Y esto lo hacen personas instruidas. Les parece preocupante que la riqueza crezca, porque a lo mejor preferirían que no lo hiciese, o que aumentara poco, con tal de no “ofender”.

Que aumente la esperanza de vida, la paz, el amor, no es problema. El problema es la riqueza, que siempre despierta sospecha. Porque subyacente a la preocupación por su “acumulación desproporcionada” está la creencia errónea de que esto se logra a expensas de los pobres. Y se asocia su exhibición a todo lo que se nos mercadea como “pecado”: codicia, avaricia, egoísmo, vanidad, ostentación.Esta forma de pensar, y el continuo discurso “hay cada vez más pobres porque hay cada vez más ricos” termina dando permiso a los Estados para castigar a los ricos, en nombre de la justicia social. Y se les suben los impuestos, y hasta embargan propiedades… porque tienen demasiado, por explotadores. Por la envidia que despiertan, y por la angurria del que no sabe producir como ellos, y ¡llega a un cargo!

Es así como surge el verdadero motivo para preocuparse: que se castigue al generador de ideas y proyectos, amparando en la legalidad la expropiación de sus logros, y premiando al burócrata que no produce nada.

Claro que existen demasiados pobres en el mundo. Pero no es verdad que en términos proporcionales haya cada día más (y mucho menos que los que generan riqueza lo hacen creando pobreza). Millones han dejado de ser pobres gracias a la libertad y al mercado, en países que antes estaban altamente intervenidos. Y nunca antes el bienestar de los hombres se había esparcido más allá de un grupo de señores o aristócratas, ni había habido menos hambre.

Pero esto no conviene que se sepa porque no da pretextos al Estado para existir (y cobrar). Hay que alarmar. Para que los ciudadanos digan “se debe hacer algo”. Y entonces se creen todo tipo de instituciones (inservibles pero altruistas) que se convierten en la plataforma para intervenir la riqueza de los que la producen. Y que un grupo de burócratas termine viviendo como ellos.

Posted in Consejos

Las Más leídas