Este 17 de enero de 2018 debe ser recordado como una fecha mítica…porque un 17 de enero de 1942 llegó a este pícaro mundo uno de los atletas más extraordinarios que ha parido el planeta Tierra. Me refiero a Muhammad Ali quien nació en el poblado de Louisville, perteneciente al estado de Kentucky, Estados Unidos.
Hoy hubiera cumplido 76 años de edad. El tres de junio del 2016 murió tras padecer, desde 1984, del terrible mal de Parkinson.
Cassius Clay, su nombre de pila, pero que decidió llamarse Muhammad Alí tras bautizarse a la religión del Islam, fue sensacional.
Desde que atrapó el título mundial de los pesos completos -a las 22 años de edad-, comenzó a dar señales de que iba a ser un excelente boxeador.
Se alzó con el cinturón de la categoría “Madre” el 25 de febrero de 1964 al despachar por nocaut en el séptimo asalto a Sonny Liston.
Las apuestas estaban 7-1 para Liston quien había masacrado a Floyd Patterson. A Patterson lo mandó a la lona siete veces.
Once meses después, el joven gladiador en la pelea de revancha (25 de mayo de 1965), devastó en un round a su rival.
Esas dos contundentes victorias comenzaron a llevar a la fama a quien, en los Juegos Olímpicos de 1960, le diera la medalla de oro a Estados Unidos en los campeonatos de boxeo del trascendental certamen atlético.
Ninguno como Alí
Ali, como monarca de los pesos completos, iba trillando un camino sin obstáculos. Se mantenía invicto. A todos sus rivales los derrotaba sin ninguna dificultad. ¡Y su carisma era increíble!
Sin embargo, en 1967, se produjo un acontecimiento negativo en su maravillosa carrera: Por no alistarse al Ejército de Estados Unidos, fue duramente castigado. Purgó prisión domiciliaria, por tres años, le quitaron el título mundial y también su licencia de boxeador profesional. Pero siete años después regresó en busca de su corona. El 30 de octubre de 1974, ante el invencible George Foreman, quien también era el gran favorito (44-0, 40 KOs), reconquistó la faja. Noqueó a Foreman en el octavo round.
Muhammad Ali, ¡el más grande!
