“Solo le pido a Dios que el dolor no me sea indiferente… que lo injusto no me sea indiferente…que la guerra no me sea indiferente…” Pero la reseca muerte me encontrará vacía y sola sin haber hecho lo suficiente, pues el mundo va como va, nuestro país va como va y las soluciones no están en manos de gente común. Nos queda rezar y lamentar, por ejemplo, que los hechos violentos se suceden rutinariamente en nuestro país y nos acostumbramos. Esta semana hemos tenido de nuevo un caso en que un simple roce entre dos autos lleva a violencia irracional y hay saldo de muertos y/o heridos. “Y desahuciado está el que tiene que marcharse a vivir una cultura diferente”.

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