En estos días me he preguntado sobre las razones de los líderes del Colegio Médico Dominicano (CMD) para confundir deliberadamente en los temas de la Seguridad Social (SS) que presentan a los medios de comunicación.

La realidad se embrolla por ignorancia o por maldad, cuando se conocen los hechos. El CMD no puede alegar ignorancia porque por ley le asigna uno de los 17 miembros del Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS), organismo que tiene “a su cargo la dirección” y debe “regular el funcionamiento del sistema”.

No entiendo sus reclamos porque conociendo la ley y normas complementarias aprobadas por el Poder Ejecutivo y el CNSS, saben que no pueden decirle al país que las administradoras de riesgos de salud (ARS) tienen poder de veto, porque no participan en la toma de decisiones, al no ser parte del CNSS. Les consta que solo tienen poder de veto el Gobierno, y los representantes del Consejo Nacional de la Empresa Privada, la Confederación Patronal Dominicana y las centrales sindicales.

El CMD sabe que las ARS por no ser parte del CNSS, no deciden los servicios y medicamentos a ser incluidos en el catálogo de prestaciones de la SS; no deciden los honorarios que se pagan a los médicos; no participan en las decisiones para ampliación de los servicios, y la ley les impide crear centros de atención primaria o ser parte de las prestadoras de servicios a la Seguridad Social.

El CMD sabe que el sector salud ha crecido como nunca antes. Sólo los médicos de la red de las ARS integradas en la Asociación Dominicana de Administradoras de Riesgos de Salud (ADARS) ofrecieron el año pasado más de 5 millones de consultas por las que cobraron más de $1,564 millones; y las clínicas más de $10,765 millones por hospitalización, partos, cirugías y emergencias. Además, se ofrecieron 16.5 millones de servicios y medios diagnósticos que costaron $4,939.7 millones y se invirtieron $3,587.8 millones en casos de enfermedades de alto costo. Pagos que generalmente llegan sin retrasos. Debería publicarse la lista de clínicas quebradas, incluyendo fiable sobre qué han hecho las ARS para lograrlo.

La SS debe crecer, pero reconociendo los logros del modelo vigente, uno de los cuales es el alto nivel de aceptación de los afiliados que revelan las evaluaciones de los servicios de las ARS que hace Gallup, que en el 2017 encontró que las asociadas en ADARS tienen un nivel general de satisfacción del 89% y la reputación general en un 89%. Esto desmiente a quienes critican en nombre de la mayoría (¿?).

Como no pueden alegar ignorancia, tengo derecho a considerar como una posibilidad que la coincidencia de las agrias críticas del gremio médico y clínicas a la SS se lancen cuando -¡por fin!- la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales, trata de superar su retraso y diseña el inicio de la atención primaria, con esto buscan crear una tormenta para obstaculizar de nuevo la puesta en vigencia de este componente. Es que algunos piensan que les perjudicará el mejor servicio y la reducción de los altos costos en medicina especializada, hospitalización, copago y otros que traerá la atención primaria. Ahorro que liberará recursos para ampliar los servicios. (A mis lectores: la empresa que dirijo asesora a ADARS. Aquí sólo expreso mis convicciones que no comprometen esta entidad).

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