Con el tiempo descubres que cada día merece celebrase, conferir a uno solo el poder de lo “especial” es reducir tu potencial de ser feliz, por eso he terminado gozándome hasta los tropiezos y desilusiones. Nadie que sinceramente ama la vida se queda postrado después de una caída, nadie que conoce su propósito desperdicia su presente ni permite que una opinión, circunstancia o actitud le debiliten, pues reconoces que aunque Dios lo permite, consecuentemente te hará más fuerte para penetrar la corriente. Se feliz, cree con todo, ama como nadie y si no te entienden, tú te entiendes; vivir satisfecho consigo mismo es fabuloso, recuerda que las olas golpean pero se retiran derrotadas vez tras vez, tu equilibrada postura tiene nombre y apellido “certeza”, haya o no estabilidad, harás proeza.

Posted in Edición Impresa, Opiniones, Rosas para el alma

Más de edicion-impresa

Más leídas de edicion-impresa

Las Más leídas