La madurez comienza justo cuando comenzamos a aplicar lo que entendemos, a separar lo pasajero de lo temporal, a mirar esta vida como un tren que a todos nos deja en diferentes estaciones porque ese es nuestro destino final. Tan pronto entendemos que perdonar no es una opción, sino una medicina, y que amarme es clave para ser mejor cada día. La madurez traza la línea entre lo que buscamos y lo que somos, discierne la ruta hacia lo que cuenta y reduce el costo de las distracciones. Vamos de pasada, finalmente daremos cuenta de todo, ¿estás listo? El cuerpo pasa, las gratificaciones y sus espléndidas ofertas de temporada también. Si tu corazón guía tu cuerpo, revísalo, si tu cuerpo guía tu vida, revísala; si Dios guía tu corazón, celébralo!

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