Café Sabaneta beneficia a los caficultores, las mujeres con el vivero y un colmado, pero también a 26 jóvenes que fueron capacitados por Infotep

En 2013 el 90% de las plantaciones de café de Sabaneta se vieron afectadas por la plaga del hongo roya, impactando negativamente la principal actividad económica de la comunidad, generando deforestación y crisis en los hogares.

Con el objetivo de buscar una solución a esa situación, la líder comunitaria Zeneida del Carmen Pérez, quien es voluntaria de la Misión ILAC, comenzó a unificar a un grupo de hombres en la Asociación de Caficultores Unidos para el Progreso, para que se ocuparan de las lomas y evitaran que la plaga se propagara a otros cultivos.

“Empezaron a cortar los árboles. Me sentaba frente a mi casa a llorar al ver las lomas peladas. Pero me sentía esperanzada, porque creía en que la comunidad podía unirse para salir adelante”, cuenta Pérez.

Tras dejar conformados a los hombres, se enfocó en empoderar a las mujeres en el Club de Madres Nuestra Señora de la Inmaculada, para que se integraran a la dinámica de producción de café. “Al principio éramos 15 mujeres, algunas se fueron a Estados Unidos, y otras abandonaron la comunidad, pero después volvieron y el proyecto se fortaleció”, recuerda.

Con el apoyo del Instituto Dominicano del Café (Indocafé), que suministró a ambos grupos las semillas necesarias para volver a ver las lomas forestadas y en buenas condiciones, Pérez aportó al desarrollo comunitario al acordar con los integrantes comercializar las plántulas de café, que suelen estar listas entre 6 y 7 meses, para obtener recursos.

“Actualmente tenemos cuatro viveros, con capacidad para 30 mil plantas. Las vendemos a 10 pesos en la comunidad. Además, con recursos del Gobierno se pudo construir una factoría. Se trata de Café Sabaneta, donde procesamos las variedades Tupí, Obata y Acaua. Para nosotros en el campo, que no tenemos un empleo que nos generen mucho dinero, encontramos la oportunidad de tener recursos, pero también de ayudarnos, ayudando a la comunidad”, manifiesta Pérez, quien agrega que también cuentan con un invernadero, construido a través de la Misión ILAC, que al tener temperatura controlada, aumenta los niveles de productividad, ya que reduce a cinco los meses necesarios para que estén listos para sembrar.

A la factoría, dirigida por Osmar García, llevan el café 26 campos para procesarlo. “Lo traen verde, como decimos, para secarlo, quitarle la cáscara y venderlo hasta molido”.

Pérez cuenta que el invernadero se pensó al principio para la producción de flores, pero como necesitaban el dinero y también aportar de algún modo al desarrollo de la comunidad, decidieron darle prioridad a las plántulas de café. “Tener esa producción más rápida, permitió que se reforestara mucho”, dice.

“Cuando obtuvimos la primera cosecha nos alegró mucho. Al comienzo, les había prometido a las mujeres que sería un proyecto que daría beneficios a cada una, pero luego pensé que lo más importante era pensar en el progreso de la comunidad. Así que todas coincidieron con que el dinero se utilizara para resolver algunas problemáticas del pueblo”, afirma.

A través de la Misión ILAC la comunidad pudo arreglar algunos tramos de la carretera, construir la vivienda de una madre soltera de 5 niños, el tanque del acueducto, y la iglesia. Mientras que con el dinero del café, además de resolver necesidades familiares, la comunidad logró la construcción de un colmado, debido a que solo había uno en aquella época, que a veces permanecía cerrado por largo tiempo ya que la dueña solía viajar a Santiago.

Asimismo, a través de su labor como cooperadora de salud de la Misión ILAC desde 2004, Pérez pudo aportar a la comunidad con programas de recolección de basura, visitas médicas, purificación del agua, entre otras áreas.

Este café, que ya se ha exportado a Europa y Asia, beneficia no solo a los caficultores, a las mujeres y al colmando, sino que también 26 jóvenes han tenido la oportunidad de conseguir su primer empleo y recibir capacitación a través del Instituto de Formación Técnico Profesional (Infotep).

Pérez, que solo llegó hasta octavo grado, solucionó también con este proyecto los problemas de accesibilidad al agua, ya que al deforestarse las lomas, el arroyo de su comunidad disminuyó su cauce, provocando que las mujeres tuvieran que trasladarse a otro río más lejano para buscar agua y realizar sus actividades hogareñas.

Actualmente, Sabaneta cuenta otra vez con agua suficiente como producto de la reforestación. “Es una bendición de Dios que en pocos años se haya reforestado la parte alta y las cercanas a las fuentes de agua. Con la reforestación creció más la parte económica, y así se ha estado resolviendo, poco a poco”, afirmó.

Este emprendimiento social, en el cual se han reproducido 50 mil plántulas de café y que ha beneficiado directamente 200 personas, forma parte de lo que el Banco Mundial cataloga como economía verde, cuyo propósito es impulsar el desarrollo sostenible social, económico y ambiental. Por su labor, Zeneida del Carmen Pérez fue reconocida en la cuarta edición del Premio Mujeres que Cambian el Mundo 2018, del BHD León.

Café Sabaneta.

Presidente Medina construyó factoría

Después de la visita sorpresa del presidente de la República, Danilo Medina, el 4 de agosto de 2013, a los caficultores de San José de las Matas y comunidades de la Sierra, fue construida la factoría Café Sabaneta, con un financiamiento por 27 millones de pesos. El dinero sirvió para construir un centro de acopio y una empacadora, adquirir maquinarias, comprar semillas y montar viveros en hierro y madera. El dinero sirvió para construir un centro de acopio y una empacadora, adquirir maquinarias, comprar semillas y montar viveros en hierro y madera.

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