Una mirada a vuelo de pájaro a la Declaración de Nueva York, emanada de la Cumbre de la ONU sobre Refugiados y Migrantes de septiembre del 2016 y que sería el texto base para un pacto migratorio mundial, no me sugiere que los principios ahí contenidos estén en contradicción ni con nuestra política migratoria ni principios constitucionales generales. Con relación a la migración ilegal haitiana, nuestro principal foco de preocupación ¿Acaso no tratamos de regularizarla? ¿No les damos a los haitianos más de lo moral y materialmente aceptable, por generosidad humanitaria y siendo congruentes con los derechos humanos? El Pacto, que no es vinculante, promueve una migración segura, ordenada y regular ¿Acaso no es eso en lo que creemos? ¿Y entonces?

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