Joe Nicolás es profesor de bajo en el Conservatorio Nacional de Música desde el año 2002 y también es director de ensamble de Banda

Joe Nicolás tiene una rica experiencia en la música popular dominicana. Él ha sido compositor y arreglista para Juan Luis Guerra, Ramón Orlando, Alex Bueno, Sergio Vargas, Los Hermanos Rosario, Carlos Alfredo Fatule, Los Hijos del Rey, La Gente del País, Pochy Familia, entre otras agrupaciones.
Su historia en la música inició cuando cursaba el tercero de bachillerato en el colegio Cristóbal Colón, en Villa Consuelo, su padre le había regalado una guitarra, con la cual tocaba en fiestas, pero sin costo alguno. Tenía 15 años.

Comenta que viviendo en Navarrete, donde había ido a terminar el bachillerato, conoció a Ney Nilo, que era cantante y pianista del coro de la iglesia católica, quien al darse cuenta de que tocaba, le dijo que necesitaban un músico, pero que ya tenían un guitarrista, “entonces sacó de un estuche un bajo de cuatro cuerdas y me enseñó a tocarlo”.

“Eso fue como a mitad de semana y el domingo me estrené tocando el bajo en la misa. El tema que tocamos fue “Eres Jehová mi pastor nada me puede faltar”, recuerda Nicolás, quien indica que ese momento nunca lo olvida, porque fue la primera vez que tuvo un bajo en sus manos.

1. Su madre
Mi madre, Luz Herminia Guzmán era costurera. Ella le cosía a una doctora que se llamaba Victoria Marcial Silfa, quien tenía una hermana casada con uno de los Trujillo. Mi mamá me contó que cuando iba a nacer, ella me tuvo por cesárea, por poco nos morimos los dos. Me dijo que cuando le pusieron la anestesia escuchó cuando Victoria, que para entonces era pasante, le preguntó a los doctores por el estado de la parturienta y el producto, a lo que ellos respondieron que iban a tratar de salvarles la vida, tanto a la madre como del producto, entonces ella les dijo a los médicos se van a salvar los dos, ahora mismo voy a hablar con Trujillo. Mamá me dijo que eso nos salvó a nosotros, porque en dictadura de Trujillo los médicos que cometían errores los trancaban. La doctora Victoria le tenía tanto cariño a mi mamá y a su trabajo que me bautizó. Recuerdo que me hacía unos regalos increíbles.

2. Su padre
Mi padre, Félix Antonio Nicolás era maestro constructor, cuando estaba en la casa siempre escuchaba buena música, crecí viéndolo tocar guitarra, pero no lo hacía profesionalmente. Recuerdo que mi papá quería que fuera arquitecto, pero le dije que no quería seguir estudiando, que lo que quería era ser músico, entonces me dijo que si quería ser músico tenía que darme bueno, entonces fui en busca de mis sueños, pero lamentablemente él no pudo verlo, porque cuando comencé a tocar en un grupo, aunque de poca categoría murió de un infarto.

3. Músico empírico
No tuve la oportunidad de estudiar en escuelas de música. Empecé de manera libre, autodidácticamente, pero con el paso del tiempo me fui llenando de conocimiento y comencé a tocar en grupos de clase media y baja. Recuerdo que la primera vez que estuve en un grupo profesional fue con Los Hijos del Rey, donde estaban Fernandito Villalona, Los Kenton y Raulín, con ellos viajé por primera vez a Estados Unidos. A partir de ahí comencé a comprar buenos libros de música que venían con sus audios. Recuerdo que en un viaje a Puerto Rico conocí a bajistas profesionales como Sal Cuevas y Bobby Valentín que tocaba con la agrupación Fania All-Stars, nos hicimos amigos, él me dio clases, por cierto no me cobró ni un centavo. Las demás cosas que aprendí en la música fue gracias a la ayuda de Joan Minaya que me enseño sobre lectura; Chiquitín Payán y Eugenio Vanderhorst me ayudaron mucho también, eso me llevó a tocar con Jorge Taveras en el Show del Mediodía.

4. Karen Records
Aunque Ramón y yo teníamos la Orquesta Internacional, seguíamos grabando para diferentes sellos, pero el que nos atrapó fue el sello Karen Records de Bienvenido Rodríguez, que vio nuestro talento. Recuerdo que cuando empezó la grabación del tema de Alex Bueno “Me va, me va, me va”, con arreglo de Manuel Tejada, estaba en el staf de los músicos, Yuli Ruiz, que además era saxofonista, flautista, arreglista, ningún pianista había podido con el tema, entonces le dije a Bienvenido que Ramón Orlando podía hacer ese trabajo, él me contestó que cómo iba a ser si él lo que toca es salsa y son con su papá. Entonces llamé a Ramón y se lo presente a Bienvenido. Él le dijo mira este tema a ver si tú me lo puedes grabar. Desde que Ramón tocó los primeros 10 copazos del tema, Bienvenido hizo parar la grabación, lo abrazó y le dijo oye, desde ahora tú eres mi hijo, aquí nadie más va a grabar piano en todas mis producciones que no seas tú.

5. Experiencia desagradable
Cuando tocaba con Los Hijos del Rey en 1978, Rafael Solano estaba tocando un baile en la Casa España, donde también nosotros estábamos tocando. Cuando Solano me vió tocar, le dijo a Dionis que quería salir del bajista que tenía, que si yo podía tocar con él, le preguntó que si yo tenía lectura y él le dijo que mi lectura era C o D. Cuando vi que era la orquesta de Rafael Solano se me salieron los ojos y me atreví. Recuerdo que cuando fui a tocar un baile con él pasé una vergüenza grande, desde el primero hasta el último tema fuí un fracaso, toqué mal, los nervios me traicionaron, aparte de que no tenía preparación. Recuerdo que cuando terminó el baile, Solano fue a donde estaba sentado guardando el bajo, se volteó, me dió el dinero de espalda y me dijo mire tenga no me gustó su trabajo. Antes, al músico que le pagaban de espalda era una muestra de desprecio y desaprobación total, algunos hasta se suicidaban o dejaban la música. Recuerdo que me puse a llorar, entonces Juan Colón, un saxofonista que tocaba con Solano me dijo que no me pusiera así, que me prepara y que eso me sirviera de experiencia. Eso fue una vergüenza para mí, porque sabía que lo iba a saber el país entero y así fue, eso se regó por todas partes.

6. Buena amistad
En 1984 tocando junto a Juan Luis Guerra en Altos de Chavón, ya estaba preparado técnicamente, pero no en cuanto a la lectura y armonía musical, nosotros éramos los que abríamos el show, la estrella era Michael Camilo. El bajista que tocaba con Camilo, el fenecido Anthony Jackson se me paró al lado a verme tocar, yo no sabía quién era él, entonces cuando terminamos, de camino al camerino, él emocionado me abrazó y en inglés me dijo buen trabajo. Me dijo que quería aprender a tocar merengue así como yo, que mi problema era de lectura musical, que él me enseñaba lectura si le enseñaba merengue, hicimos buena amistad. Él me hizo un lector a primera vista.

7. Revolución del merengue
Fuí una de las personas que Dios utilizó para comenzar a hacer cambios en el merengue con el bajo. Recuerdo que me decían que estaba loco, incluso hasta pasé un poco de hambre, porque cuando empecé a hacer eso cambios la gente dejó de buscarme y me vi en una situación fea, pero siempre fui perseverante y seguía, escuchaba mucho jazz, música internacional, escuchaba a esos bajistas internacionales, traté de emular muchas cosas que ellos hacían y las fui tomando. Me decían que eso no era merengue, pero siempre digo que Dios es el que hace siempre que las cosas sean posibles. En 1985 cuando comencé a grabar con la Internacional y Ramón ahí fue que comenzó el cambio grande. Cuando Ramón me vió tocando el bajo le pregunté que si le gustaba y me dijo que eso era lo que él quería, entonces él me ponía a tocar en las grabaciones que hacíamos, tanto para la Internacional como para cualquier orquesta. Me decía que grabara primero, entonces luego él le montaba la música del piano a lo que yo tocaba. Eso ayudó a que el merengue cambiara, e incluso muchas bandas comenzaron a seguir el estilo de la Internacional. En este cambio Ramón aportó con los arreglos y la forma de tocar el piano; Crispín Fernández, que era el saxofonista, también hizo cambios grandísimos, el trompetista, Caqui Ruiz y el fenecido Fermín también aportaron para un cambio en el merengue.

8. Tema navideño
En 1982 escribí el tema “El pavo y el burro”, lo grabé con Rafelín Hernández y Los Hijos del Rey. Ese tema lo registré, porque había gente que se quería hacer dueño. Ese tema fue un cuento que me hizo mi mamá cuando niño, que hablaba de un burro que sufría mucho, porque siempre lo tenían trabajando, entonces el pavo se burlaba de él y le decía que era un esclavo, hasta que un día, cuando llegó diciembre sus dueños llevaron al burro al pueblo para cargar la compra para la cena de Navidad. Cuando el burro llegó cargado a la finca, el pavo le preguntó que dónde estaba la carne, entonces el burro le contestó hoy vamos a comer pavo asado. Es por eso que el coro dice el burro lloraba y el pavo reía; y luego se invierte el coro y dice el pavo lloraba y el burro reía. Las onomatopeyas, los sonidos de animales los hizo Carlos Alfredo Fatule. Hasta el día de hoy, este tema se escucha en todas las emisoras, es muy popular y suena en todas las navidades. Ese tema me dejó mucho dinero.

9. Al borde la muerte
Aunque no se me nota mucho, en 2015 sufrí un infarto cerebral. No podía hablar, no podía agarrar el bajo, no podía hacer nada. Eso me dio duro, porque fue asintomático, por eso digo que el hombre y la mujer de fe no es verdad que Dios se hace el loco. Él oye las oraciones. Cuando me llevan al médico, el doctor Jorge Tirado, cubano, me atendió, tenía la presión en más de 200, me vi mal, me asusté, porque cuando veía que agarraba el bajo y los dedos no me respondían, decía hay mi madre, no tanto por la enfermedad, sino por lo que ella me privaba de hacer lo que más me gusta que es la música, eso es terrible, cuando las cosas que te gustan tienes que soltarlas. Le pedí a Dios que me ayudara, recuerdo que al tercer mes cuando fui al doctor él me miró sorprendido, me dijo pero ven acá, párece, camine, pite… me miraba y me decía sorprendido pero usted habla muy claro, maestro a usted lo tocó Dios, porque era seguro que usted iba a quedar como quedan mis pacientes que pasan por este proceso. Aunque me quedó el párpado de un ojo un poco caído, ya hablo más claro, aunque siempre tengo que hacer ejercicios. Gracias a Dios estoy haciendo mi trabajo. Recuerdo que el doctor que era cristiano, pero se había salido, pero con mi testimonio se reconcilió de nuevo con Dios.

10. Matrimonio
Mi esposa María de los Ángeles Concepción y yo nos conocimos cuando tocaba con la Orquesta La Proclama, ella vivía frente a mi casa en la Manuel Ubaldo Gómez. Recuerdo que le cuidaba una niña a una hermana, entonces una tarde sentada en la puerta de su casa, la niña empezó a hacerle gracia y gestos a mi papá para que la cargara, entonces Clara tuvo que cruzar la niña y llevársela a mi padre. A partir de ahí, ellos comenzaron a hablar siempre, yo la veía, pero la trataba de saludos nada más. Recuerdo que un día mi papá me dijo mira mi hijo yo quisiera que tú te casaras con una mujer así como esa muchacha que cuida esa niña. Siempre escuchaba mucho a mi papá, entonces me dije en qué compromiso me ha metido, pero caí en el gancho y fui a conversar con ella. Cuando la vi de cerca lo que me conquistó de Clara fueron sus ojos, tenían y tienen una influencia increíble. Recuerdo que le propuse que nos conociéramos y me dijo que lo sentía, que ella era cristiana, que si me convertía al evangelio así podíamos hablar. Pero seguí insistiendo y entonces empezamos a conocernos, con el tiempo Clara comenzó a sentir algo por mí, entonces tuve que meterme en los caminos del Señor para poder conquistarla. Clara y yo nos casamos el 6 de julio del 1978. Tenemos más de 40 años de casados y cuatro hijos, Saydi, José Otoniel, Elena y Melanie.

Participación en la Sinfónica Nacional

Toque varias veces en la Sinfónica Nacional bajo la dirección de los maestros José Antonio Molina y Carlos Piantini. Pero la primera vez, fue bajo la dirección de Rodolfo Manzano, el mejor director de sinfónicas de América Latina. Me recomendó Crispín Fernández, el saxofonista que grabó todos los merengues famosos de República Dominicana. Después de ahí, toqué en el show del Grupo Romances, cuya fundadora es la señora Margarita Copello y su Fundación Sinfonía; ahí tocan tenores, tanto del país como de fuera. Ellos tocan música popular ligada con música clásica. Ha sido una experiencia que me ha ayudado mucho.
Recuerdo que tocando en la sinfónica aprendí muchas cosas que no había aprendido tocando música popular, merengue y salsa, ese es otro mundo, incluso el que toca en la sinfónica crece y, después cuando vuelve a tocar música popular lo hace con mayor propiedad. El músico tiene que participar en todo tipo de música como orquesta, porque eso lo forma como músico.

Arreglo musical
Ramón y yo le grabamos a la Sophie, a Olga Tañón y Bobby Valentín, este último vino a Santo Domingo para que le grabara una producción de merengue con bajo”.

Satisfacción
Juan Luis Guerra se enamoró de mi forma de tocar y me solicitó que le grabara la producciones Mientras más lo pienso tú y Mudanza y Acarreo”.

Frustración
Nunca pude estudiar en el conservatorio, porque ahí rechazaban a los músicos que venían de la calle que tocaban música popular”.

Arreglista
Soy el compositor del merengue navideño El Burro y el Pavo, el cual surgió de una historia que me hizo mi madre Luz Herminia Guzmán de Nicolás cuando era pequeño.

Agrupación
Tocando con Juan Luis en vivo se nos ocurrió a mí y a Ramón Orlando formar la Orquesta Internacional, aunque seguíamos grabando para diferentes sellos, él como pianista y yo bajista.

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