Mariano Rivera no se vanagloria por su ingreso perfecto a Cooperstown. Pide a los latinos dar siempre el mejor ejemplo

De ser un enamorado de los carros, con sueños de llegar a mecánico, a convertirse en el primero y hasta ahora el único que ha obtenido el cien por ciento de los votos para ingresar al Salón de la Fama.

¿Quién lo diría? “Los planes de Dios eran otros conmigo. Dios me llevó a un lugar que jamás pensé”, dijo Mariano Rivera a Multimedios del Caribe ayer. “Me gustaban los carros y quería estudiar para ser mecánico”, señala el panameño, cuya fuente de ingresos era la pesca, “para así poder tener mi propio taller”.

No fue así y tras un bono de 2,000 dólares por firmar llegó en 1995 a las Grandes Ligas para retirarse en 2013 como el mejor cerrador de todos los tiempos, líder histórico en rescates con 652, una pieza vital de cinco coronas de los Yanquis de Nueva York, y el lujo de la perfección al ingreso a la inmortalidad, uno que no tuvieron Babe Ruth, Hank Aaron, Nolan Ryan, Tom Seaver y otras leyendas de las Mayores.

“Yo solo soy un portador de la palabra del Señor y todo lo que tengo es de Él, porque Él me lo ha dado todo y me bendijo con muchas cosas para mantener a mi familia y poder ayudar a más personas”, indicó.

¿Ya lo terminó de asimilar Mariano Rivera que obtuvo el 100 por ciento de los sufragios? “Te digo que no lo he asimilado todavía”, respondió inicialmente con una ligera risa, “puesto de que yo no pienso de esa manera, pero lo acepto porque las bendiciones de Dios son de esa manera. Pero no me creo mejor que nadie.
Mencionaste nombres como Babe Ruth, que son del pináculo del juego. Jackie Robinson, que para mí es la figura que abrió las puertas para todos nosotros tanto como para los (Juan), Marichal, los (Roberto) Clemente, los (Peruchín) Cepeda, los (Rod) Carew. Para nosotros fue un mártir, puedo decir. Así que ser el último pelotero en utilizar el número 42 (de Jackie Robinson) y entrar al Salón de la Fama, que sea un latinoamericano que lo haya hecho, para mí es un orgullo”.

Mostró su felicidad porque estará en la inmortalidad junto a Pedro Martínez. “Es mi amigo y alguien que siempre admiré por su gran corazón. Igual estaré junto al patriarca de ustedes, que es Juan Marichal”, dijo.

Dignidad y educación

Rivera ofreció la entrevista en un hotel de la capital tras participar como invitado especial de una actividad del NewYork-Presbyterian Global Services, un centro médico de mucho prestigio que tiene fuertes lazos con los Yanquis.

“Yo siempre trato de hablar de la importancia de la educación, de la formación. Es bueno tener aspiraciones en el juego, pero siempre de la mano con la educación. Hoy (ayer) hemos escuchado hablar a doctores sobre ciencia, eso es muy bonito, a mí me ha encantado y eso es por la educación”, dijo el 13 veces Todos Estrellas.

Rivera, acompañado por su esposa Clara, ha venido en otras ocasiones al país con su fundación. Se define como cristiano en todo momento. Ayudó a construir una iglesia (pentecostés) en New Rochelle, Nueva York. “Mi mensaje siempre va de la mano de la obra de Dios y de que nosotros como latinos seamos unidos y demos los pasos correctos. Tenemos que dar siempre el mejor ejemplo posible dentro y fuera del terreno”, dijo.

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