Liam Compiano Véliz, tomó por primera vez los pinceles, cuando su madre le daba cartones y pinturas de agua para que se entretuviera, sin saber que esa sería una de las grandes pasiones de su hijo. A partir de ahí no ha dejado de pintar. El pequeño, de dos años, el cual es considerado como el “artista plástico más joven del mundo”, a su tan corta edad, ha realizado cuadros en formatos diferentes, con colores vivos y sin dejar de lado los tonos más sobrios. “En ocasiones, para sus creaciones, Liam pinta con sus manos y los pies, usa sus carritos, sus pinceles, rodillos de cocina y hasta palitos de ropa, explica su padre, el médico y compositor, Elvis Samuel Compiano, quien recordó que el año pasado, con apenas un año y medio, el bebé mostró sus creaciones en una exposición individual que sorprendió al público y expertos de la plástica.

Liam es impredecible, no le gusta que lo manden, pinta cuando quiere, y para de hacerlo cuando quiere, indica su padre, el médico y compositor Elvis Samuel Compiano, al tiempo que asegura que “nosotros no lo inducimos a que pinte, él nunca nos ha visto pintar, nosotros no somos pintores”.

Expresa que al ver la destreza de su hijo, fue a visitar al artista plástico y crítico de arte, Alberto Bass para presentarle los trabajos que el niño había realizado, quien los calificó como “joyas” bien elaboradas a su corta edad.

Dijo que con esos primeros cuadros realizaron una exposición de un día en el Colegio de Artistas Plásticos con una presentación al público. Su madre, la violinista ecuatoriana Indira Gabriela Véliz expresa que “desde pequeño, le daba a Liam cartones y pintura de agua para que se entretuviera, pero nunca me imaginé que tendría la destreza de pintar y que lo convertiría en el pintor más joven del mundo”.

Explicó que cuando Liam quiere pintar, el mismo busca sus cambas, sus lienzos y su mesita. “Entonces nos pide que le busquemos sus pinturas. Esto puede suceder, tanto en la mañana como en la noche. Él es impredecible”.

El crítico de arte, Alberto Bas considera que las pinceladas espontáneas y la fuerza del cromatismo se manifiestan en cada cuadro abstraccionista realizado por Liam, y expresan que “nunca había visto un fenómeno de esta categoría, porque, no es que los niños no pintan, sino que a esa edad, con esa facilidad de expresión, es un fenómeno el trabajo pictórico que realiza el niño”.

Asimismo, destaca que la técnica que utiliza Liam fue inventada por el francés Marx Ernst y se llama “Frotex”, famosa mundialmente, la cual consiste en “por ejemplo coger una hoja, pegarla y luego sacar las texturas”.

Señala que esa técnica fue utilizada por pintores con mucha madurez, pero no por un niño de dos años que apenas sabe hablar y caminar. “Nunca había visto eso, Lian trabaja con una espontaneidad tremenda como si tuviera la mente de un adulto”, dijo Bass.

Considera que el niño, al tener ese dominio técnico y con esa espontaneidad de los colores y la expresividad, es un signo de que el país tiene una gran reserva espiritual, pese a todos los problemas que se ven a diario.

Señala que el arte de Liam es abstracto, pero también tiene algo síquico, que los pintores, dentro de la técnica, buscaban también expresar el automatismo síquico, que consiste en la expresión del color y “eso se ve en sus obras”.

“Lo difícil es que Liam sabe parar, porque si no lo hiciera, podría dañar las obras. Entonces él para cuando siente que ya terminó esa obra”, manifiesta Bass.

Liam Compiano Véliz, recientemente inauguró en Casa Italia su segunda exposición titulada “Abstraccionismo de cuna 2019”, en la que se exhiben en 28 cuadros en diferentes formatos.

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