Por lo que se ha visto y oído, el encuentro del presidente de Estados Unidos Donald Trump con líderes del Caribe en el complejo Mar-a-Lago en Florida, donde participaron el presidente Danilo Medina, junto al presidente de Haití, Jovenel Moïse, y los primeros ministros de Bahamas, Hubert Minnis; de Jamaica, Andrew Holness; y de Santa Lucía, Allen Chastanet, para que fue para bien, con un marcado interés de mejorar y fortalecer los vínculos con las naciones invitadas.
Venezuela, en medio de la situación, fue vista desde el principio como el eje central de atención de la administración Trump. Estuvo sin embargo como telón de fondo dada la necesidad de mejorar las relaciones con una región considerada de interés vital para Estados Unidos, frente a la cual necesita estimular sus economías.
Sobre la crisis venezolana las posiciones de los participantes estaban definidas, y el elemento nuevo ha sido que el presidente Trump morigeró su discurso de que tiene todas las opciones abiertas para limitarse a declarar que los participantes se comprometieron a “promover una transición democrática y pacífica” en Venezuela. Un buen signo ante los temores de que se pretendiera alcanzar compromisos que arrasen los principios de la no intervención.
Sin embargo, no se comprende complemente la siguiente afirmación del presidente Medina: “Todo lo que sea necesario para ayudar, la República Dominicana está dispuesta a hacerlo, para devolver al pueblo de Venezuela la vuelta a su proceso democrático y en paz”. ¿Retomaría una política en pro de un verdadero diálogo o qué?
De todas formas, aún sea atizado por los intereses geopolíticos ante la presencia de otras potencias en la región, parece que Estados Unidos desea propiciar impactos económicos positivos para el Caribe.
El anuncio de que dará un “trato prioritario” a los países participantes mediante inversiones estadounidenses, es un buen signo.
El presidente dominicano relata que aprovechó el escenario para hacer algunas peticiones al presidente Trump, que si son complacidas redundarían en beneficio de la economía nacional.
Esperemos que el encuentro haya sido para bien.
