Augusta (Georgia,EEUU). El golfista estadounidense Tiger Woods, que volvió a enfundarse ayer la chaqueta verde tras conquistar el Masters de Augusta catorce años después, declaró en rueda de prensa que para él “tirar la toalla” nunca es parte “de la ecuación”.

El jugador de Cypress, California, volvió a sonreír tras once años sin lograr un grande (en 2008 ganó el Abierto de Estados Unidos) y ante la prensa, después de conseguir su nuevo título, mostró su felicidad y su cansancio.

“Tirar la toalla nunca es parte de la ecuación. Hay que seguir luchando con los desafíos que tenemos cada día. Me sentía tan preparado antes de llegar aquí. Estaba empezando a mover la bola cómo sé que puedo hacerlo para ganar aquí. Me duele el cuerpo. Definitivamente lo he dado todo hoy. Puedo asegurar que no voy a pegar una sola bola mañana”, comentó.

Este fue su quinto Masters, el primer major de la temporada que se ha disputado esta semana en el histórico recorrido de Augusta National, Georgia, 14 años después de su victoria en 2005.

En una hazaña histórica, con 43 años y varias operaciones de espalda, Tiger ha vuelto a hacer rugir a los espectadores en Augusta y delante de los televisores alrededor del mundo, rememorando sus victorias de 1997, 2001, 2002 y 2005.

Con un resultado final de 13 bajo el par, Woods ha prevalecido sobre sus compatriotas Dustin Johnson (-12), Xander Schauffele (-12) y Brooks Koepka (-12). El Masters de 2019 pasará a la historia como el año de la reencarnación de Tiger Woods, que hace tan solo 16 meses estaban en el puesto 1.199 el ránking mundial y ahora regresa a la cumbre del golf mundial.

Curiosamente, Tiger se ha convertido también en el golfista que ha ganado más dinero en Augusta, por delante de su compatriota Phil Mickelson, al sumar algo más de dos millones de dólares de premio de este año a los casi siete millones y medio que llevaba acumulados en sus 22 apariciones en Augusta.

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