Aunque ha aumentado su capacidad resolutiva tras su reinauguración, aún no da abasto con politraumatizados
La modernidad que promete simplificar la vida de los sanjuaneros se ha convertido en su dolor de cabeza. Los moradores del “Granero del Sur” no terminan de acostumbrarse al sistema de citas vía telefónica implementado recientemente por el Servicio Nacional de Salud (SNS) en el remodelado Hospital Regional Docente Alejandro Cabral.
Cuando hace más de un mes, Iris Báez, una sexagenaria que sufrió una caída en la bañera de su casa, logró que una operadora del *753 le pautara una cita para ser vista por un ortopeda, no se imaginaba que llegado el día, y después de madrugar para tomar uno de los primeros turnos, su nombre no aparecería en el sistema.
“Después que llego aquí me dicen que no aparezco”, se queja la señora residente en el barrio Villa Liberación, mientras, intenta acomodarse con cuidado en una hilera de bancos de metal que comienza a derrengarse a pesar de ser parte del nuevo mobiliario instalado durante el reequipamiento del hospital, reinaugurado hace cuatro meses por el presidente Danilo Medina.
A su lado, decenas de pacientes intentan conseguir una explicación o reprogramar una nueva cita ante dos recepcionistas que no dan abasto para atender el rosario de quejas de personas que al salir el alba luchan desesperados por conseguir atención médica y solución a sus dolencias.
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“Aquí ahora todo es por cita. Hasta para entregar unos análisis hay que coger cita. Yo me desesperé porque no cogen los teléfonos y vine a ver si me la ponen manual”, se queja Milagros Marcano, quien no deja de reconocer que el resto de servicios ha mejorado en un 90 por ciento.
La historia de Gregoria Cuevas es similar. Después de haber sido consultada por un neumólogo, la mujer residente en Sabaneta, tendrá que tomar otra cita para entregar los resultados de la espirometría y los análisis de laboratorio que se realizó fuera del hospital. “Los análisis me los hice en los diabéticos (Instituto de Diabetes, Endocrinología y Nutrición de la región del Valle) que son gratis y más rápido y el otro estudio me dijeron que me lo hiciera fuera. Ese me costó RD$1,500.00”, explica.
A la salida de la nueva y moderna Unidad de Hemodiálisis, que también ofrece diálisis peritoneal, Jesús Nova alaba la mejoría de la atención, incluyendo el nuevo sistema de citas. “Antes uno llegaba a las 6:00 de la mañana a buscar un ticket, pero el que llegaba a las 9:00 con su viveza podía entrar primero que uno. Ahora no, uno llega a la hora que le dicen y lo atienden”, explica.
No obstante, el hombre que sufre de hipertensión arterial e insuficiencia renal narra que no ha podido iniciar el proceso de diálisis, porque desde la semana pasada no hay catéteres. “Si hubiese estado de emergencia el cementerio se hubiese encargado”, dice con resignación.
Los doctores Ramfis Báez y Joaquín Acosta Arias, subdirector del Hospital y presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD) en San Juan, respectivamente, reconocen que tomará tiempo desmontar la cultura de los tickets, que incluso daba pie al tráfico de influencias.
El doctor Báez explica que el tumulto era aún mayor, porque las personas se aventuraban espontáneamente al hospital en busca de los servicios sin tomar en cuenta la disponibilidad de consultas.
“Nuestro equipo de atención al usuario y orientación, incluso le enseña a los pacientes con sus propios teléfonos cómo tomar la cita para que la próxima vez lo puedan hacer por sí solos”, explica.
“Detallitos” pendientes
El presidente del CMD agrega que el Alejandro Cabral es uno de los tres hospitales regionales donde se implementa el sistema de citas automatizado. “Es muy cómodo que tú desde tu casa, acostado, llames y pidas tu cita con medicina interna, por poner un ejemplo. Antes tú tenías que venir y amanecer ahí para coger un ticket”, recuerda el galeno, quien afirma que aún quedan pendientes algunos ‘detallitos’ del proceso de reconstrucción que pasó por tres compañías constructoras, incluida la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), que terminó la obra.
Entre esos “detallitos” cita la falta de un área para el depósito de desechos orgánicos en el bloque quirúrgico.
Dice que aunque el nuevo tomógrafo está funcionando todavía las computadoras para visualizar las imágenes en los consultorios no están funcionando por lo que los médicos tienen que trasladarse al área de lectura junto a un radiólogo para interpretar los resultados.
Afirma que aunque el hospital está “más bonito” la realidad es que su capacidad de ingreso se redujo considerablemente ya que las salas de internamiento donde anteriormente se colocaban ocho camas, ahora alojan entre dos y tres pacientes.
Resalta que aunque recientemente se ha estado nombrando personal médico todavía faltan más especialistas, especialmente del área de ortopedia, por el gran peso que ejercen los heridos en choques de tránsito en esa zona. “Ahora hay cuatro ortopedas pero se necesitan diez; se necesitan más médicos internistas, más médicos generales…”
Según el subdirector del hospital que ofrece un promedio de 400 consultas diarias entre especializadas y emergencia y que registra alrededor de 200 nacimientos mensuales, los servicios de emergencias han mejorado notablemente luego que se dividieron en tres los turnos de 24 horas que anteriormente realizaban solo dos médicos.
A estos se añaden los cirujanos, ortopedas, anestesiólogos, ginecoobstetras y pediatras que amanecen allí haciendo guardia presencial junto a otros dos médicos residentes.
Dicha área ahora cuenta con nueve camas polivalentes, dos camas en el área de trauma shock, dos en el área de cura más los asientos para nebulización.
Una gran carga de pacientes politraumatizados
Al preguntarle sobre la capacidad de atención a los pacientes politraumatizados tras la apertura de una moderna Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) con cinco camas y equipada con ventiladores y aspiradores, el subdirector reconoce que todavía muchos pacientes tienen que ser referidos al Gran Santo Domingo porque solamente tienen un neurocirujano y la demanda es muy alta.
Con respecto a la capacidad de atender partos de alto riesgo y bebés prematuros dijo que cuentan con una moderna unidad de perinatología que está bajo el cuidado de pediatras perinatólogos y ginecoobstetras. Sostiene que el hospital ha sufrido una gran transformación desde su fundación en el año 1957, ampliando los horarios de consulta y los servicios de imágenes como endoscopia, colonoscopia, sonografías y un laboratorio clínico.
Cuenta con dos plantas de emergencia, sistema de detección de incendios y una cisterna con capacidad de 100 mil galones.
También tiene una unidad de pie diabético y otra de neumología, esta última con entrada independiente para los pacientes sospechosos de tuberculosis con su laboratorio de baciloscopía integrado.
Según Báez, el hospital también ha logrado reducir el tiempo de espera para los donantes de sangre que antes tenían que hacer hasta cinco visitas para completar el proceso, el cual se redujo a una hora.
Tras su reconstrucción, el hospital ha incrementado el monto de facturación, y según explica Báez, ya ha comenzado a firmar acuerdos con varias Administradoras de Riesgos de Salud privadas y otras están en proceso de contratación.
El subdirector del Hospital, doctor Ramfis Báez dijo también que los ingresos por venta de servicios ascienden a RD$3 millones que se suman a RD$2.4 millones que provienen de la asignación gubernamental.
Dr. Joaquín Acosta Arias
Pdte. del Colegio Médico en San Juan
“Es un hospital que se ha reducido prácticamente a la mitad a pesar de que ahora contamos con áreas que antes no teníamos. Por ejemplo de hemodiálisis y diálisis peritoneal, se han hecho áreas para hacer estudios, tomografía y próximamente vamos a tener un resonador que va a ser el único de la región para hacer resonancia magnética”, explica el galeno.