Es acción

Ayer se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente y quizás como ningún otro año las instituciones públicas lideradas por el ministerio responsable de la política ambiental ..

Ayer se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente y quizás como ningún otro año las instituciones públicas lideradas por el ministerio responsable de la política ambiental y otras entidades del sector privado se empeñaron en resaltar la importancia de evitar la contaminación.

Es un discurso loable, lamentablemente reservado para la ocasión. Es lo que ocurre con las conmemoraciones, buenas para recordar, pero escasamente para incorporar las enseñanzas en el quehacer cotidiano.

Pero lo más importante de los actos de ayer es preguntarse qué se hace en la República Dominicana para disminuir los impactos negativos de las prácticas humanas sobre la tierra y los seres vivos que la habitan.

Una de las peores pestes de estos tiempos son los desperdicios, y entre ellos los plásticos. ¿Qué hace el Ministro para contribuir a cambiar el patrón de consumo dirigido a multiplicar los desechos plásticos? ¿Qué hacen para al menos reciclarlos o impedir que terminen en los arroyos, cañadas y ríos, y desde ahí hasta el mar? ¿Qué hacen para orientar o educar a la población en ese propósito?

Es un proceder muy extendido en los campos y ciudades que los vecinos utilicen los cauces de los acuíferos y sus orillas para lanzar desperdicios, con una indiferencia pasmosa de los llamados a evitarlo.

Otra cuestión importante es saber qué normas tiene el ministerio de Medio Ambiente respecto a las prácticas agrícolas amigables y qué nivel de acompañamiento o al menos de control y vigilancia se ejecuta sobre el uso de agroquímicos sin respetar las convenciones en la materia.

O lo más fácil, qué orientación reciben los productores y ganaderos sobre las implicaciones del uso de productos peligrosos en la vida vegetal, animal o en las aguas superficiales y subterráneas.

Todos los días son buenos para incorporar a las actividades cotidianas políticas conservacionistas. Pero se requiere que las instituciones jueguen su papel de acompañamiento a la población en la defensa de la vida, en un espacio tan limitado en esta isla compartida.

Es acción lo que se refiere, no discursos de ocasión.

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